miércoles, octubre 30, 2013

De los ruidos de mí

Samba que te samba el lavarropas y huele que te huele esa media va a estar limpia dentro de poco tiempo. Puntea que puntea ese maullido de gato diciéndoles a quienes bailan cuál es el momento de que sean la luz más intensa. El pi-pi de la alarma de la cochera de enfrente se encarga de los coros; ritmo-ritmo-ritmo del rasgueo de la piel cuya cascarita marca el tempo de lo sucedido y sus consecuencias. Percute que percute la lengua felina en el agua avatar. El palo de lluvia hecho con lluvia de verdad está bajo contra el fondo, ahí donde la sístole-diástole suscita. Todo suena desde su egoísmo primordial.
 Los zapatos se encargan de marcar el compás y la otra mano que se inquieta se preocupa por las teclas. No puede faltar el piano que te expresa la punta del ser que conformás. Todos acompasados a la sístole-diástole, a la directora de la orquesta, de orquesta libre de instrumentos preconcebidos; libre de conocimientos de otro latir.

jueves, octubre 17, 2013

Esto excede a la Luna

Porque conocí al Sol, Mami
y no era como vos habías dicho.
Estuvimos jugando a las implosiones:
él se sabía todas las reglas
Ma, pará
esperá, te digo
escuchame...
no me dejes el oído y te vayas:
Y nos dijimos secretos
abiertamente, ¡de todo, Mamucha!
y me contó las cosas
las que la Luna no quería saber, Ma
¡Ese asunto con las mareas y los enamorados!
Y eso de que los peces no comen
cuando la Luna ya está llena
(seguro que ellos están llenos también, ¿no, Ma?).
Ma, te estoy hablando
¿Vos qué pensás, Ma? Who are you, Mom?
Ese asunto de que el Universo
está hecho de cristal, me contaba
¡No sabés todo lo que hablamos, Mami!
Y no siempre la Luna manda
Ni siquiera el Sol
Porque el martillo estalló al Universo
Y el Universo proyectó a la Luna contra el Sol
Y ya no hubo nada que pudiera hacer, Mamucha, nada...
El Mundo se quedó sin Luna
y el Sol está atragantado y aterrado
y el Universo, hecho añicos, Mami
lo veo y me tiemblan mis manitas...
Ay, Ma, y no sé qué hacer o qué decir
porque no encuentro dónde están tus oídos.
No importa Mami, no importa que no supieras
pero el asunto de los peldaños
ese edredón eterno que construiste
vidrio a vidrio
tan fuerte, tan frágil, tan hermético
tanto pero tanto, Mami
que nadie sabe si hay algo más allá del Universo, del edredón.
¡Qué fuerte sos para tener todo ese vidrio encastrado!
Sí, Mami, yo estoy segura de que vos sos el dios de tu edredón
y quería que fuera así para siempre
porque vos querías eso
pero el martillo era mío.
Sí, querida Madre,
la implosionada era yo.
Ahora lo somos todos
Y yo me voy a jugar a las canicas con el Sol.

jueves, septiembre 26, 2013

El leopardo y la hiena

Limitada la respiración
repleto el estómago
de muerte, de vida
descalabro bufidos bifaces
desde la soledad de mi mesa
por la hiena caída.

Vedada la mirada.
Vedada la cercanía, sí
pero preparada la trampa
la catacumba eterna
o el salvaje porvenir;
el círculo de todo el pasado
o la voz fantasma
repicando en todas mis existencias
¡Silencio!

rujo sin saber qué hago
me enojo y me deshidrato
para limitarme a la sequedad de lo ambiguo
de lo desconsiderado
de lo que no pudo,
en agradecimiento por el incesante susurro
por el estruendoso susurro
por la tripa muerta
por el placer de la carne.

y digo lo que me falta
porque canto falta,
roja para el inocente.
Inocencia para el rojo de mi boca
por la carne de la hiena:
fulgor de leopardo amansado
mas aún carnívoro.

Para el rojo leopardo
para el sediento silencio
para la descarnada tripa;
para la garganta enardecida
por el desprecio mutilante
de la vida fagocitada.

El leopardo devoró la carne
y el sueño devora al leopardo.
La sed despierta al sueño
y la lluvia no la calma.
Sal de ahí, de ese lugar
Sal de la herida
de lo que sea
de lo que falte:
que venga, que sale;

que coloree y que demuestre
lluvia con sal
en mórbida herida fulgurante,
que transite su ornamento
hasta descomponerse en todos los colores
y en todos los elementos.

Para lo que sea
para lo que falte
para lo que venga

Estoy lista.


miércoles, septiembre 25, 2013

Vengo a velas con el mal del cagón...

I'm sorry
It won't happen again
And thanks
For every second you chose to share with me, I treasure them all.

http://www.youtube.com/watch?v=jqqe7SvCiGs&list=PLA522FED6E78DB11E

Llueve y no me beses
porque me destiño de tu boca
porque te apunto con la trompa
le erro y no me la banco.

Vengo a velas con el mal del cagón
me tropiezo con mis piernas
gambeteando gente
vengo del placard de otro.

Sigue lloviendo en esta esquina
pero esas sombras no se mojan
por este amor de calle abajo
volver en bondi es la que queda.

Vengo a vela con el mal del cagón
me tropiezo con mis piernas
gambeteando gente
vengo del placard de otro.

jueves, agosto 29, 2013

Sobre cómo salir a horario: historia verídica

La izquierda… No, no, ¡la otra izquierda!
La atención y el tiempo: tipos jodidos cuando la acción apremia. Y encima ese asunto del complot conspirativo de los diestros para no tener en cuenta la zurdes de aquellos que no fuimos reprimidos por los sistemas formales de adiestramiento es de una crueldad inaceptable. No fueron incluidas las instrucciones para zurdos y desorientados entre los Derechos Universales del Hombre. Y ni hablar del asunto de que los derechos son del hombre, ¿y los de la mujer? ¿Por qué tenemos que tener derechos por separado? ¿Acaso no podemos ser gentilesmujeres, o inteligentes y asertivas a la hora de arreglar los objetos que se desentonan? El lenguaje trae consigo las fallas del desarrollo de la Historia. ¡Atención, me corre el tiempo! ¡Tiempo, tengo que prestar atención! ¡Diestros, denme una mano… ¡no…! la otra mano!
A las 19.15 de un día, por suerte, no muy frío de invierno me encontré con la encrucijada del desastre enmarañado de mi pelo. Lo tuve así desde la mañana, pero ahora reparo en él.
La atención se aburre pensando que esto se va a tratar de nenas y sus pelos. Quizás el tiempo nos sorprenda…
A las 20.00 tengo que salir, sin mucho margen de error.
Son las 19.18 cuando me saco mis fundamentales-para-ver anteojos y me dispongo a lavarme la cabeza para poder peinarme. Desparramo mi maraña en la bacha y abro con un buen giro la canilla del agua caliente —sé que es la caliente porque se abre con la mano con la que escribo—; lo hice tan automáticamente que no sé ni para qué lado se abre: automatism beats attention. Estoy al tanto de que en algún momento va a ser demasiado caliente, pero para eso falta… mucho más de lo que yo estimo: Una vez entibiado el invierno tuve que bajar la calefacción y, al hacerlo, no reparé en que se había apagado toda la caldera, y no solo la estufa.
Mi caldera comanda estufa y agua caliente, desde un aparato sito en mi cocina. Esta dispone de una canillita ubicada inconvenientemente abajo al fondo por detrás de los cañitos, espacio accesible pero incómodo, y está amurada a unos veinticinco centímetros de altura, contando desde la mesada de granito. Al evaluar la situación —la caldera—, observo que el problema es que el nivel de agua del tanquecito de la caldera es marcado por el medidor como insuficiente. Esa canillita abre y cierra el paso de agua para complacer al medidor y para que este me diga que ya puedo prender la caldera otra vez. Intelligence beats machines, at least by now.
Mi yo del presente no le agradece a mi yo del pasado no haberse tomado el trabajo de encontrar un lugar donde poner el microondas, que no sea debajo de la caldera, sobre la mesada de granito.
Ahora la atención quizás interprete que esto se trata de mapas y cuestiones lógicas absolutamente irritantes y complejas de imaginar, como es el tratar de recrear un espacio mediante palabras y no mediante imágenes… Ahora, el tiempo de la continuación de la lectura demostrará que todo esto se trata de aprender a reírse de uno mismo.
Entonces el reloj marca las 19.25. Enteros seis minutos de disquisiciones han transcurrido hasta que tomo cartas en el asunto y procedo a mover el microondas, para poder girar la canillita, ingresar agua a la caldera, contentar al medidor, cerrar la canillita, redesordenar el microondas y listo el pollo: unos minutos y me voy a poder lavar la cabeza y salir a tiempo. Una papa. I’m so clever.
Comienzo por el pesado microondas: lo agarro con las dos manos y lo muevo noventa grados hacia la… izquierda… Sí, izquierda, oficialmente; sellado y rubricado.
Cocina 1, yo 0. Creí que podría sortear el desequilibrio que implicaría el cambio de ángulo de las cosas que reposaban… Sí, digo bien: reposaban, porque ahora están en el piso el frasco de yerba, el papel absorbente, un cuadernito y dos lapiceras; pero el microondas llegó a destino.
Son las 19.31 y si alguien me viera desde arriba podría observarme retorcida, en una de las posiciones más incómodas, ahí, entre la mesada y el espacio que liberó el microondas: esos pocos veinticinco centímetros entre la mesada y la caldera. La turba iracunda de objetos descuidados en el piso me observa y comenta por lo bajo.
Arriba, abajo… Todo depende de dónde uno esté, ubicaciones espaciales relativas al observador y la requete-pan-con-queso que ando con el tiempo justo y a quién en el mundo podría importarle este asunto cuando uno simplemente quiere terminar de lavarse la cabeza para poder salir o qué bien hubiera estado no tratar de lavarme la cabeza antes de salir.
La canillita es tímida e introvertida, pero yo logro alcanzarla con la mano y empiezo a girar. Es una canillita vueltera esta canillita. Giro y giro con ella, y me doy cuenta de que no puse la caldera en off y… ¡Oh, no! ¡El instructivo decía que nunca girara la canillita sin poner la caldera en off! Entonces saco la mano, reordeno las vértebras y giro la perilla hasta alcanzar el off, que está en el frente de la caldera… Pero el paso de agua quedó abierto y el tanquecito de agua se estuvo cargando vértebra a vértebra mientras fallaba en mis habilidades de handywoman.
La caldera me lo informa perdiendo agua a chorros por el costado.
“¡¿Qué hago?, ¿qué hago?, ¿qué hago?!”, me escuché diciendo.
Son las 19.39 y confieso que hablo sola.
—¡Ya sé! —seguro el lector tuvo la misma idea— Voy a cerrar la llave de paso de la casa. Acto seguido giro las dos manijas que tengo a disposición: ambas de gas. Dada la aguacera, desenchufo la caldera: uno menos con quien lidiar.
Inmediatamente retomo mi posición de parabólica humana y tomo con la mano la canilla. —¿Para qué lado?, ¿para qué lado, para qué lado?, me detecto diciendo.
Distracción y zurdes; el agua cayendo y yo retorcida, desconcertada y el tiempo tirano y el garrón de pensar el lado: todo un combo para detonar la risa.
Son las 19.43 y confieso que me cuesta el asunto de derecha e izquierda, abrir y cerrar pero, por sobre todo, tire y empuje.
Entonces giro con decisión y voy a fondo dando unas quince vueltas a la canillita y no solo eso, también tengo la inteligentísima idea de mirar en dirección al pobre papel absorbente en rollo casi nuevo: la tragedia de su inundación me distrae —más— por unos momentos de la acción.
Son las 19.45 y mi ropa está empapada. Estoy girando la canilla para el otro lado el que, espero, sea el correcto. Ya ni siquiera puedo identificar si voy con el reloj o en contra de él.
Son las 19.47 y el flujo de agua se detuvo: Victoria. Todavía el papel absorbente no flota: hay esperanzas.
Son las 19.59 y estoy saliendo de mi casa empapada, habiendo dejado dos toallones a disposición de los restos de agua que sigue fluyendo a cuentagotas, los cuales voy a tener que lavar mañana. Mi pelo es un desastre peor que el anterior… Eso me pasa por hacerme la coqueta.
Son las 20.00 y estoy saliendo de mi casa; puntualísima, como siempre.

Tirar o empujar. Izquierda o derecha. La caliente o la fría. Preguntas sin respuestas para este pelo desordenado, para esta mente distraída, para esta ubicación relativa, para esta humanidad desorientada. Cortemos con la exclusión: Yo lo hago, pero consíganme una tijera para zurdos.

jueves, agosto 22, 2013

.

Hoy me acobardan las ideas de quedarme dormida bailando,
de que mis huesos se apilen en la escultura al cansancio, 
de condenar a mis colores a la escala de grises.
Hoy me marean las hamacas, 
y me asustan las guerras de adentro de los demás.
Hoy quiero silencio a gritos
y un mate calentito.

viernes, agosto 09, 2013

Desamparo


You better run all day 

And run all night 
And keep your dirty feelings 
Deep inside
Run like hell - The Wall - Pink Floyd



Yo me cubría con mi acolchado rosa. Las cañas de azúcar eran armas. Las armas eran tomadas por los jóvenes de la tribu. La defensa era implacable representada por quienes más me conocieron, por mis coetáneos que esperaban todo de mí; nada de mí. Yo solo podía ocultarme, aun habiendo sido entrenada por eternidades para esta campaña. Era niña y quería esconderlos a todos debajo de mi acolchado rosa, quería protegerlos a todos mientras la batalla se desataba entre los nadies que combatían la guerra que nunca entendí. El baño no era refugio suficiente y yo era incapaz de detener las voluntades o de amedrentar a las voluntades o de, por lo menos, lograr que las voluntades me ignoraran de verdad. La soledad bajo el manto rosa era la del cobarde. La del amedrentado. La del débil. La de quien entiende que esa batalla, no es su batalla. Is there any paranoid in here? You better run like hell!

Pero luego fui viejo que conocía el camino. Y llevé a la niña escondida conmigo a través de la guerra, por el borde de la guerra, beyond the war, por el camino de los pastizales, ahí, del otro lado de la tranquera; los gritos inslutantes me perseguirían todo el camino, pero eso dolería menos que quedarme, y lo sabía. Y no pude evitar que la niña oyera el ruido de los huesos rotos ni de los cuellos colgados que resonarían en su mente por el resto de sus producciones artísticas y de sus búsquedas de amor. Una espada le cortaba injustamente el pelo a la nena que yo debía proteger. Mi fuerza se debilitaba. Solo podía tomar el camino de los pastizales hacia lo desconocido. Solo podía salir de ese quincho enorme que era un mundo de autoridades que solo franqueaban leyes por inoperancia, un mundo de pasiones que resquebrajaban mi mundo en cuyo exterior solo había guerra y en cuyo interior estaba yo escondido cuando era niña bajo un manto rosa. El velorio acontecería alrededor del universo y yo ya no podría sentir nada. Caminamos lento de la mano, la nena viejo, el niño roto, los huesos rotos, el corazón roto, para nunca más volver.


domingo, julio 28, 2013

I will not remain procastinating any longer

Claro, no era con palabras. Jamás iba a encontrar entre estas ciclotímicas la forma de comunicación con cierta especie de seres. Seres del orden de la acción, del guiño que no se sabe si es guiño o si te traiciona o si simplemente no hay pie con bola del otro lado del comunicador y más que guiño, engaño(auto). Está ese mundo de cosas que hacer y de atención lejos del humano. Tan delicioso mundo tan inmensamente olvidado por mí. A veces. Y tan riesgoso, por la falta de feedback en palabras, porque me siento sola, con mi intuición y las cosas no-claras pero evidentes o algo como que creo que entiendo y me comunico, pero lo que hacemos es hacer cosas y transmitir cosas e interpretar cosas u omitir cosas... Llevar y traer cosas, pero no cosas de cosas; cosas, existencia, proyectitos, secuencias, glimpses de realidad: pequeños volcanes en plena actividad, actividad de fuegos naturales y de lagos incandescentes que suceden a la vez y se ordenan como algo que suena suficientemente armonioso como para borrar al tiempo y dibujar colores en las sonrisas de la gente. Es tiempo de no pretender que todos aprendan mi lenguaje.
Ahora, por fin, veo una nueva forma de acción: la acción. Desde este nuevo lugar, las teclas reverberan por toda la habitación y es casi como si me hablara y me respondiera, en lenguaje de tipeado. Tipeado de sin ojos pero con ecos, porque lo que para mí es lenguaje, es una uña en el pizarrón o una escarapela el día de los anarquistas, una cuerda desafinada, un desafío inagotable, la transmutación comenzando, un paisaje donde se quieren tener aventuras frodeanas (Frodo), el espejo revelador, la conexión que parecía inalcanzable. O todas. O ninguna.

sábado, julio 20, 2013

Departure's departament -de flujo particionado-



Contenidos en el calor sofocante de una pileta climatizada
enrojecidos los fulgurantes ojos fulgurados
la pileta y el humo
ese asqueroso humo que difumina mi rostro ante tus ojos
que separa nuestras miradas
y el cubículo más cúbico de bordes transparentes
de los insultos despesperados
la sonrisa caliente
la mía
la de fuego
la tuya, la del humo
que viaja al pasado
cada vez que vuelve,
que construye presente
fugitivo
fugaz
fue.

lejos
suenan las trompetas humedecidas
y cantan las sirenas del Sol
Corta al suave ciego
polvo de mi existencia
el vuelo de los pájaros
con sus danzas pétreas
y sus cantos homicidas
de augurio oscuro como el azufre amarillo
distribuye por el mundo
mi más preciado tesoro
lo esconde entre el vodka
y los amuletos con hache


lejos
desde donde se enfrían las puntas de los pies
corroen mi sangre los recuerdos 
desde adentro
la esencia topácea me muestra las búsquedas
de los ostraciados
de los aventurados
de los bibliotecarios de antaño
de los otros-rata
de los unos-niño
de los que soy
desde lejos

cerca
calentita y húmeda tu respiración
juega con el pelo suelto de mi dormir
más cerca
de mí
y de los otros
que están tan lejos en el tiempo
tan ahora en tu mirada
entonces danzo
danzo y me embellezco
trenzo mi largo pelo
conjuro las nuevas conjugaciones
tomo un té calentito
humeante
húmedo y caliente
en mi cubículo transparente.

domingo, julio 07, 2013

Round II -juegando de local-

Mi coach me seca el sudor
atravieso el perímetro y entierro mis raíces en el ring
de acá saldré produciendo nuevas flores
o marchitas hojas de otoño en tonos tierra
Fue así como gané el segundo round.

vos hinchá por mí
por cualquiera de las yo que se pone estos guantes color rojo
con los que golpeo al abrazo recibido
por haber llegado tarde
tarde y sordo y desorientado

pero no te vayas del todo
aunque ya no estés acá
quedate en el palco del camino
donde siempre pueda sonreírte

y vos, vos el después del tiempo
vos el reconocible
¡gritá mi nombre!
gritame que pegue con fuerza
que desafíe a los astros
y esperame en nuestro rincón
el de las nuevas flores jamás vistas

el round me encuentra aturdida
y la chicharra me encandila
el tiempo me quita los guantes
porque corre hacia el pasado
rujo con el alma envenenada por expuesta
con el enojo que produce el miedo
con la impotencia de la mirada impenetrable
y me vuelvo inmensa
me despliego como Bestia de fuego
y me grito, yo, a mí:
"¡Bestia de mis profundidades, acá me yergo yo!"
[You     shall     not    pass     !]
"Quiero que me mires como al arte
que me contemples como fetichista del detalle
quiero que me pidas todo lo que te gusta 
que me lo cuentes a los gestos
y que se lo cuentes a tus ojos
para que yo pueda escucharlo en ellos".
Contame tu verdad
Ahora.





--
Mi yo-sombra te abraza y te enfría un poquito la espalda pero mi yo hecho de dedos te tapa para velar por tu sueño sin el cual yo no existiría. Arráncote la piel que no usás y me la llevo y me convierto en sombra que se ve como persona y vos me preguntás si tengo frío y me tapás como si estuviese a tu lado y yo desde acá te observo gentil, te desmenuzo el sueño trayéndolo a este otro plano donde vos apenas descansás, me pregunto qué sentirá tu sueño al ser invadido por su propia creación desprendida de sí.

Ga.

sábado, mayo 25, 2013

Primer round

Mi alma está subida al ring
El ring huele al sudor del combate anterior
Ruido de máquinas que procesan números a velocidades y en turnos
Mi cuerpo asciende al cuadrilátero por la esquina opuesta
Grito ¡Ahora!
De un manotazo me quito el equilibrio
El gancho que devuelvo me deja ciega de luz
La luz la genera mi plexo
y la consumen mis ojos
Con delirios me deformo la mandíbula
Y con la dieta desarmo al ánimo.
En el abrazo más violento que encontrarnos mis golpes
Me fusiono conmigo
Pero quedo hacia lados opuestos.


viernes, mayo 24, 2013

.

Soñar. Soñar y las imágenes... y eso de hacerse cargo de todo eso que no sabemos que está ahí. Soñar es resolver pero también reconocer, y escribir es plasmar lo no entendido para descubrirse desde el después, desde el self racional que se auto interpreta y se coagula en distintos tapones que no hay más remedio que operación a corazón abierto y palpitante. Sacar el corazón del cuerpo, destripar al alma, y verse niño, verse grave, reconocer las imágenes, sanar, recomponerse. Extrañar, extrañar estar apasionado, retorcerse en vulgarismos y redacciones chatas pro académicas. Rechazar la nueva regla y lidiar con todos los problemas que eso implica. Abusar del infinitivo. Tanto, pero tanto, que no hay que reconocerlo... tanto, pero tanto, que soñarlo aunque no se entienda qué dice. 
Las pasiones se crean en equipo... Sí, claro que hay pasiones nacidas de uno, pero cuando se conjuga, cuando finalmente uno se anima a poner verbos conjugados, solo entonces estás implicando a un otro y ahí es cuando te das cuenta de que sin la pasión del otro simplemente hay cosas que no suceden.
¿Dependencia? ¿Equipo? La moral se elige según la religión.

lunes, mayo 20, 2013

La gravedad del niño

Me regalás la imagen del momento en el que el mundo de las escaleras de Escher se dispersa por el universo y la gravedad está tan mareada que se encerró en el mundo. Me la regalás (pero fue la pasión lo que lo encendió) sin saber que lo hacés, porque solo describiste una estructura, la gramática, pero solo y con pasión, y yo te respondo con la imagen, pero destrozada, y el niño ... el niño se escondió en el mundo (y por la vida). Te veo, te veo volcando tu café en tu taza de medidas perfectas y te veo ignorando a la gravedad, que es el problema del niño, porque el universo está separado y la gravedad del niño reside en tu taza de café. En esa perfecta taza de café para tu cantidad exacta de mundo. Y el humo de ese café que no sabe que está bailando al ritmo de la gravedad del niño y que se parece tanto al humo del pan árabe recién tostado, ese irresoluto de un todo casi inmaterial pero profundo y sentido, ese atrevido te recuerda tu pasión. Tu pasión por esa estructura tan poco entendible pero tan sentible; tan poco sana pero tan deliciosa; tan obvia que pasa desapercibida, como la gravedad del niño. Esa que se abraza a la Tierra para permitir la vida.

lunes, abril 15, 2013

.


ya fui ruido en la vida ajena


no quiero ser ruido


no me voy a convertir en eso otra vez


pero tampoco quiero ser radio fuera de alcance


y ser el ruido ajeno de la palabra que no llega

jueves, abril 11, 2013

Cshhhhhh


Entonces despierta a las 21.41.
Y todas esas cosas no hechas. Una que otra mirada que me hizo cosquillas y ese órgano pudriéndose adentro de mí.
Se me sacudió la arena húmeda del hipotálamo y empecé a sentir que el tiempo iba a rodearme. Más como escondite que como límite, como placenta letárgica.
No quiero pensar en lo que tengo que pensar.
No quiero ser realista ni bajarle el tomo a los colores, para no aceptarlos como son. Y a mí me gustan las luces de colores y ahora quiero mucho color.
Mucho color y chupetines para caballos.
Pero el órgano engusanado se roba mi capacidad creativa y mi potencia de alma de postura en mano y sutilezas en la mirada.
Y ahora es ese momento de tener tiempo para pensar. Hacía mucho tiempo que no estaba acá.
Porque creo que no quiero darme cuenta.
Dibujo el bosque y la fauna que me rodean para pasar desapercibida en este gris escenario; para quedarme a jugar un ratito más... y el tiempo tic tac tic tac que se me acerca en remolino desde el centro del hipotálamo que no es sino el resonar del gusano comiéndome intensamente viva y las nueces que cascan y los broches que aprietan y este cshhhhhhhhh de televisión sin cable, de radio sin señal, de yo sin mí. De yo sin contexto ni canción ni búsqueda alguna sino alguna reacción inútil o un cesar de la costumbre que descoloque el lego que arruina mis recados. Porque todo se ve. Y yo estoy ahí y no me acordaba de lo que era sentir paranoia y acá está, oliéndome el universo arenoso y húmedo que me raspa al gusano que se come mi carne, que me pudre los colores.

lunes, enero 28, 2013

Las buenas charlas con Lu


Yo: ohhhh ibas a decir algo más y te inturrumpí
  me arrepiendo de haberte interrumpido
Lu: no lo recuerdo
  no recuerdo lo que interrumpiste 
pero te perdono.
 Yo: ayyyyy estúpida ansiedad que me genera ansiedad por no saber no ser ansiosa
  grrrrrrrrrrr
  no es cuestión de perdón
  es cuestión de lo perdido por el atolondre
  del detalle
 Lu: el atolondre y el desatolondre
  todo es igual de riesgoso
 Yo: ayyy el estúpido equilibro
  otro jodido
  y la inconformidad
  que hace de capa de ozono del atolondre y del desatolondre, y de su punto cero en el equilibrio,ahhhh, neurosis matinal,
  siempre tomando tragos de mi copa...

Vomitando caricias


Voy a conseguir en estos días los sujeta-cortinas
¿Me ayudás a elegir?
y quiero cortar las cortinas
y conseguir barrales
y encortinar mi pieza y mi cocina;
¿me ayudás?
Y quiero comprar el sujeta puertas para que no se cierre más a lo bruto la de la cocina
¿me ayudás?
¡Momentos!
Deme usted unos momentos
!
Todos los momentos, el momento
Pero no, cortar ESAS cortinas,
no ESAS cortinas
tengo otras cortinas
cortables
cortinas para cortar
está cortina el corte
y entonces mi cocina no tiene cortinas
ni mi habitación, claro
Pero si corto las cortinas
y consigo los barrales
se llena de barro y cortina mi cocina
y mi habitación, claro
y puedo caminar desnuda
y probar las poses más sexies
sin sentir el ojo observador del vecino inexistente
todos los vecinos, el vecino
y entonces volver a bailar con la libertad de estar sola y adentro
y las cortinas en la cocina
y el barro en la habitación
y yo desnuda, claro

viernes, enero 25, 2013

Un vómito atorado desde hace 20 años

Hasta hace instantes seguía preguntándome por qué no opto por la soledad. Las otras personas me mantienen despierta. Las otras palabras me mantienen activa. Las otras mentes me generan curiosidad. Las otras emociones me dan ideas. Las otras miradas, los otros consejos me enseñan. Las otras in-formas me forman y son formadas por mí; las otras in-formas me reflejan, y yo tengo la misión de elegirlos(me). A cada instante me elijo. Aunque veo a mucha gente siempre; pero ver no es prestar atención. Y qué buscás en el otro tampoco es lo mismo. Y qué te despierta ese otro, más ese manojo de nervios que manejás como podes... Sí, con la edad mejora, pero la torpeza social viene de la mano de una mueca que te hace única. Pero entonces nace la acción compartida, y entonces es como ser un poquito el otro, aprender su mirada. Por qué es que su mirada es así. Loa secretos revelados. Los magos tomando el té de las cinco en punto. Pero claro, esto es darle mucho lugar al otro... y pero tal vez ese otro quiera recibir toda esa atención. Magia. ¿Podría estar haciendo algo más productivo con mi tiempo que conocer humanitos? No lo creo. Porque me fascinan. Y me reconozco como una que se está reconociendo todo el tiempo. Y me reinterpreto con algunos deslices de lo obvio en lo que caigo cíclicamente. De eso que me convierte, también, en quien soy. Y que me vuelve un monito fascinado por las distintas profundidades de las ranuras de la piel de una mejilla que sonríe. Pero más me gusta la escena lejana de los tres que están charlando a suficiente distancia de mí como para que me sea imposible oír. Pero veo un brazo por encima de un hombro y una mueca corporal de carcajada y soy feliz de poder entender eso. O de poder imaginarlo. ¿Quién sabe?  Dejarse maravillar y estar enfocado quizás no sean conceptos tan distintos. Me parecen ahora, el único foco válido.
Pero el peso no tiene que estar en los demás. Y las malditas expectativas que lo arruinan todo, pero también lo posibilitan. La anticipación funciona como telón de la percepción. La palabra encierra ese misticismo. La palabra todo lo domina. La realidad es el velo. Y esperar algo de los otros suena tan ridículo como tantas otras cosas en las que creo. Porque no esperar requiere cierta no-profundidad que me aburre. Algo como ser cagón, pero no. Porque ni-de-lejos significa eso. Pero sigue siendo cagón, De cobarde, tampoco. Pero más bien chato, capaz. La relación sin su fluir no es auténtica. Pero la relación sin expectativas no construye en lo concreto. La relación en la que no contás con el otro de forma estable no sienta bases, no distribuye los pilares. El tiempo, siempre entrometiéndose en todo lo que intento pensar. Porque, claro, eso requiere tiempo y es como que llega, -llegó como vos no lo esperabas... el futuro, ya llegó...-. Pero ese es otro tiempo, es igual a este tiempo y necesita lo mismo, pero como construido con otro material. Es hermoso que la gente con ganas de divertirse se nos acerque. Pero también es genial poder contar con otros cuando uno quiere expandirse y está todo chiquito acbachado. Sentirse seguros no debe implicar a los otros, ¿no? Pero, sin "otros", lo que hay es soledad. Y entonces la palabra deja de tener validez, porque ya el abrazo sería una palabra absurda y caduca. A mí me gusta mi monstruo en mi bolsillo.

miércoles, enero 09, 2013

Las influencias de Drawing in the Right side of the Brain, en mí


Cada vez que dice izquierdo, intenta decir otra cosa. Por favor, no se le atribuya a un lado, un juicio moral.

Yo no sé qué es real. SI la historia que me cuento, que ni siquiera conozco completa… si esos momentos en que extiendo las manos desesperada desde la tierra de las partes del todo que no me gustan o que me gustan pero me quitan más tiempo del que me gustaría y eso es tan, pero tan racional que me exaspera un poquito, tanto como esas dos hormigas que intentaron ser confundidas con gotitas de sudor y todo lo que no pude gritarles, porque solo sé enojarme con mi lado izquierdo, porque si vomito palabras tengo que darle la razón de que estoy más creativa y ojalá que alguien note la chispa. Pero también es real mientras estoy ahí, sumergida, profunda, relajada, como en un entresueño que te tomaste cuando necesitabas tiempo y ahí está otra vez el lado izquierdo recordándome el tiempo y uso el estómago, lo amplío hasta la claridad otra vez. Soy dueña de mis órganos. Soy dueña de cuidarlos. Y ese trabajo infinito de degustar cada cosa como si fuera un privilegio, porque es ridículo completamente irracional, algo como el lado derecho, un tanto caótico y atrevido, un tanto totalizador. Y ahora quiero acceder a la contingencia del tiempo, entendida desde el lado derecho. Porque el tiempo le pertenece al lado izquierdo. Y entonces, para eso, voy a tener que dibujar al tiempo (próximamente…) Porque me gusta balanceado; no igual, no equilátero, balanceado: Me fascina el equilibrio.

lunes, enero 07, 2013

La vuelta de las colaboraciones con Lu

... Pensándolo bien, las callosidades podrían estar relacionadas con el asunto del desierto y eso de que está en el medio del mundo; pero siempre depende de dónde lo mires, claro, pero hay que nombrar... o no nombrar, y dejar fluir la totalidad, y entonces las montañas son lo mismo que cualquier curva que circula más arriba y más abajo, y es por donde pasea Sísifo -la eternidad misma, sí, sí-, pero también a donde no va Mahoma... Y es también un seno turgente, pero acaso un coseno flácido y caído y un poco amorfo, y algo de la curvatura del ojo desechada a cada instante, cuando se descompone en la imagen que ve, en sus pequeños y absolutamente relevantes detalles de talles, claro, según cómo lo mires.
Yo creo que lo destacable es, más que la montaña y el desierto, el río que corre en el espacio desde arriba hacia el ombligo del mundo. Ni hablar de las curvaturas en el agua ¡pinchositas pero acariciantes...! algo como el swing de unas caderas al ritmo de un valsecito juguetón, que le coquetean al río; eso explica por qué está parado y puntiagudo y apunta hacia el centro del mundo, pero lo hace con ondas llenas de espuma blanca y algo transparente, y eso explica por qué las caderas van y vienen y se aparecen y se pierden, pero todavía no estoy convencida sobre el aspecto cuántico de la cuestión de la arena encallada en las curvas del oleaje.