lunes, enero 07, 2013

La vuelta de las colaboraciones con Lu

... Pensándolo bien, las callosidades podrían estar relacionadas con el asunto del desierto y eso de que está en el medio del mundo; pero siempre depende de dónde lo mires, claro, pero hay que nombrar... o no nombrar, y dejar fluir la totalidad, y entonces las montañas son lo mismo que cualquier curva que circula más arriba y más abajo, y es por donde pasea Sísifo -la eternidad misma, sí, sí-, pero también a donde no va Mahoma... Y es también un seno turgente, pero acaso un coseno flácido y caído y un poco amorfo, y algo de la curvatura del ojo desechada a cada instante, cuando se descompone en la imagen que ve, en sus pequeños y absolutamente relevantes detalles de talles, claro, según cómo lo mires.
Yo creo que lo destacable es, más que la montaña y el desierto, el río que corre en el espacio desde arriba hacia el ombligo del mundo. Ni hablar de las curvaturas en el agua ¡pinchositas pero acariciantes...! algo como el swing de unas caderas al ritmo de un valsecito juguetón, que le coquetean al río; eso explica por qué está parado y puntiagudo y apunta hacia el centro del mundo, pero lo hace con ondas llenas de espuma blanca y algo transparente, y eso explica por qué las caderas van y vienen y se aparecen y se pierden, pero todavía no estoy convencida sobre el aspecto cuántico de la cuestión de la arena encallada en las curvas del oleaje.


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