martes, noviembre 17, 2009

Claro, el propio letargo

El letargo, lo que estoy viendo es el letargo, lo que todos me están diciendo, lo que todo me está diciendo, el propio letargo, ahora lo entiendo. El mal timming es la prueba fehaciente de que tiene que ver con la línea de tiempo. Con lo que no hago.
Mis palabras en las palabras de todo y yo esperando porque de todas formas, ahora ya no faltan seis meses, ahora no sé exactamente cuánto falta pero sé que son menos de seis meses y hay personas que de a poco se dan cuenta la cosa que me brota y ahora parece que se nota pero sólo un poco y tal vez si lo ven, me pueden ayudar a entenderlo.
Fui empujada fuera del letargo y las cosas me regalan el placer de desencontrar su lugar. Todas las situaciones están siendo atípicas, apagué la frecuencia ensordecedora, hola, juguemos.
Me sacudo los cachitos de sonido que quedaron en mis orejas de a poco, ahí, atrás de la oreja, tal vez vuelvas a escucharme.
Volver a mirarme con intriga en el espejo, jugar a que no lo miro, verlo sólo cuando las casualidades lo permiten ¿Y yo salgo así a la calle? No puedo pensar en mí en la calle desde el ruido de mi cabeza con ese vestido rojo ¿Para qué me lo puse? Igual escriba lo que escriba estoy diciendo lo único que soy capáz de decir ahora.
Perrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrraaaaaaaaaaaaaaaaaaa! (perdón invadió Luca la habitación)
Oh sí tengo termo, después de años-mate tengo termo, puedo hacerme un mate, volveré.
Mi escritorio está paricularmente hecho un bardo, necesito espacio para el mate.
No digo sí a todo, porque ya no lo querés [yo no puedo hacértelo], porque sólo sé-. Sos el plan más bizarro que se me podría haber ocurrido, y te adoro por eso.
Tengo una cosa ahí que no entiendo como si estuvieras pasando las carpetitas en forma de ícono de la carpeta de música hacia la derecha pero pensando en que vas hacia la izquierda.
¿De verdad lo logré? ¿De verdad el autotratamiento subconciente funciona? Tuve el impulso de abrir la ventana y elegir tomarme un día para mí.
Creo que nunca había tenido un amanecer tan largo y placentero.