martes, febrero 21, 2012

Relegada

Infinitos conceptos globales encerrando infinitas excusas que esconden simplicidades. Simplicidades obvias o una de mis cabezas y pulgas que amenazan con hacerme odiar mi carne cáscara. Maloliente entretejido aburrido de comandos comidos por la conciencia del tiempo, la demanda de la costumbre y los sirvientes encadenados deseos sublevados ante las tiranas ideas. Un cambio en el compás que descompone el lenguaje hasta hacerlo vomitar. Dos pasos distintos y el sacudón en las nubes del umbral del sueño. La mueca nunca antes hecha y el derrumbe del gran templo. El recuerdo del drenaje y la separación de mundos, nuevos mundos y no recuerdo qué había detrás del ruido. Polvos doblegados por la lluvia permiten que haga charcos y conforme superficies. Ser honesto con uno. O ser honesto con los otros. O ambas o ninguna y vos que aparecés en mis sueños justo cuando se estaban a punto de convertir en pesadilla. Contacto a cuentagotas que limpian el paisaje pero no lo construyen. Conexiones neuronales que no logran ser paisajes que yo quisiera recorrer son conformados por el desorden del deseo insatisfecho, del capricho incumplido, del grito no gritado, del abrazo no dado.