lunes, junio 22, 2009

Shhh...silencio y respeto... una ilusión yace aquí

Tac

Tac
Tac
Tac
tac... shhiuck tac
tac

shick tac
silencio-.

El Gato noné vuelve a su solitaria habitación. Nota el decorado.
Seguro las lapiceras las recolectó Dafne. -piensa- . Me pregunto qué será de Lautarlo.... claro, el encenderdor violeta, Lautaro siempre sabre lo que necesito. Tal vez si lo llamo...- no.

Hola bonita! Al menos alguien todavía tiene simpatía conmigo en esta casa -Noné acaricia la cara de la perra, le sacude las orejas y le da dos palmaditas, la perra se acuesta a su lado en fiel compañía, se estira como quien se dispone a siestar-

Noné investiga sus guantes, y se los saca como si fuera la única actividad del día, como si cada segundo que le robase al guante fuera un segundo menos para ella.

Tengo que arrancar, tengo que arrancar, tengo que arrancar piensa Noné mientras pierde la calma. Respira hondo.

Camina en círculos por la habitación lentamete, se mira, se admira, se irrita, alucina, se ilusiona.

Soy una mujer hermosa y aduáz, tengo la inteligencia, tengo el poder, tengo la magia y el caos, yo puedo con esto, no puede ser tan difícil. grita Noné.

Silencio.



(tiempo)




Silencio.

Noné camina lentamente al baño, un pie al prncipio, el otro a continuación, no requiere mucho pasos llegar a él. Baja la tapa del inodoro y se sienta allí. Se mira al espejo que tan sólo le permite verse hasta los hombros: en el medio hay un jabón, una pincita de depilar, un peine, un cepillo de dientes mal enjuagado y una toalla usada.
Noné se mira los pies y se da cuenta que está pisando su vestido favorito que se sacó cuando se baño quién sabe cuándo, no le importa.
Deja la boquilla de lado. Noné sube la mirada y se mira el torso cubierto de ropa elegante y en un rapto veloz se la quita sin cuidar su peinado, sin cuidar su figura, sin importar su nariz.
Se mira al espejo.
Ahora también puede verse las clavículas y jugar con sus hombos.
Pero Noné empieza a llorar.
calmate calmate calmate calmate calmate calmatecalmate calmate.... too late ah?

Mira sus piernas Noné, recubiertas de un pantalón ajustado, se quita las botas de cuero, debajo de las cuales había unas medias con ositos, que se las quita también.

Las palabras son mis amigas las palabras son mis amigas las palabras son mis amigas, las cosas se ofrecen como símbolos. Mira el espejo.

Mi cara cuando lloro.

Ya no me sorprende. Perdón Dafne, ese fue tu descubrimiento.
Sé que sos incapáz de entenderme, pero ya no puedo soñar tus sueños, si supieras en dónde estuvo Priscila, si supieras lo bien que ella hizo las cosas, si supieras el remordimiento que tengo por haber destruido su sueño y no lograr contruir uno nuevo. le dice Noné a su imagen en el espejo.

Si supieras que un gusano lentamente se comió mi "todo lo que tengo para dar" eso que no sé nombrar si quiera, y por tanto, no sé reconstruir.
Me pregunto si podés sentirlo. Yo me escapo cada día de la mirada inquisidora que me devuelve el espejo, de la mirada tierna que me devuelve el espejo por esa mirada que duele.

Me miro Dafne, sigo mirándome, pero no me veo, porque este cuerpo es el tuyo y nosotras no nos entendemos.

Noné levanta su pierna, tironea del pantalón y se lo quita dejándolo en el piso, pisándolo.

Priscila me adviritió todo lo que tuvo que hacer para remotar lo que vos le habías dejado, me contó de la importancia de Lautaro, me dijo que no repitiera la historia.

Pero no tengo que redimirme por esto Daf, mis intenciones fueron tus intenciones.
No. -Se para el Gato Noné. No . No es pasado, yo no voy a suicidarme como todos ustedes. Sé que hay muchos gusanos esperando por mi, pero yo puedo yo puedo yo puedo.

Se sienta de golpe nuevamente golpeando la tapa del inodoro por la brusquedad del movimiento y comienza a llorar desconsoladamente, se tapa la cara.-

No sé si puedo Daf.
Mira como si alguien fuera a compadecerse. EL espejo le devuelve una triste mirada.

Abre la puerta el gato Noné, desesperada, mira hacia la derecha, hacia la izquierda, hacia adelante, no recuerda el camino, nunca recuerda dónde hay que girar pero ella corre porque sabe que siempre llega, pasa por su propia habitación solitaria, sale al pasillo que está decorado con los mismos tonos y formas que el resto de las habitaciones mira por los vidrios de las puertas trata de recordar qué hay en ellas, los números no ayudan. Corre por el pasillo Noné y ve la antesala del caos. Allí se detiene.

Estoy desnuda.

Corre Noné, abre la puerta que dice "sólo para personal autorizado".

Cierra con un portazo asegurándose que ni el aire penetre allí.





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