miércoles, junio 08, 2011

Paisajes

El parque tenía bastante verde y en esta ocasión me resulta relevante hablar de intensidades. De pigmentación: Un verde pasto claro, o así lo dice el recuerdo del brillo en mi retina de ahora. Un verde con movimiento de Van Gogh -las verdes oscuro dientes amenazas- con brisa animé, con actitud reflectiva y había bastante amarillo y un poco de ese azul que no es profundo ni manantial pero no sé qué es aunque sé que es más claro que todo lo que yo me imaginaba asociado al azul, frío y profundidad de mar, azul quieto e inerte o tal azul pero es increíble cómo no puedo recordar la escala de colores que no es la que siempre miro y ahora quiero acrílicos claros y palabras que no se encadenan sino que bailan y saber qué música estoy bailando y pasa la señora con el cochecito de bebé regalándome una sonrisa sincera y auténtica y ahí van los abuelos, tiernos y elegantes, peliblancos cojiagudos delirando por tomarse de las manos -él caminaba más despacio para no apurarla y se conservara elegante-. El aire más bien era... no como brisa, algo más irreal y menos necesario pero estético y exigido por la escena y el agua era más decorado que agua pero lo que hicieron los peces, eso sí que no fue ensayado o que justo donde los peces jugaban fuera una parte de la escena que incluía a la señora triste que tenía dos palomas en su mano y las contemplaba absorta en busca de algo más tranquilo, como si las palomas le dieran música al ruido y ¡ay! pero el Sol sí que estaba en todas las escenas y en la que más me gustó fue en la del palito del piso que quebré tres veces, todas con las suelas de mis zapatillas, la última fue la más crujiente. El cuerpo desapareció. Y eso es verdad, tan verdad como esa nena que no me creyó la mirada firme, o sí me la creyó, pero me la devolvió y me miró firme y me contemplaba los ojos porque sabía que le estaba diciendo algo distinto y ella me dijo todo lo que sabe hasta regalarnos el instante.
Y yo agarré la hoja, la hice un bollo y la arrojé al rincón, cruzándome de brazos como acto seguido.

1 comentario:

Magister Ludi dijo...

que lindo, me encantó!