Mi alma está subida al ring
El ring huele al sudor del combate anterior
Ruido de máquinas que procesan números a velocidades y en turnos
Mi cuerpo asciende al cuadrilátero por la esquina opuesta
Grito ¡Ahora!
De un manotazo me quito el equilibrio
El gancho que devuelvo me deja ciega de luz
La luz la genera mi plexo
y la consumen mis ojos
Con delirios me deformo la mandíbula
Y con la dieta desarmo al ánimo.
En el abrazo más violento que encontrarnos mis golpes
Me fusiono conmigo
Pero quedo hacia lados opuestos.
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