Si despertar fuese tan mágico como verte sonreír en forma de letras de lautaros-ivanes-lucías en pedazos de frases inacabadas y sin mayúsculas de espasmos de realidad yo me atrevería a pasar cada instante de todo lo que tengo que hacer describiéndote y contemplándote desde mi rincón oscuro perfectamente diseñado para espiar y robar y crear el Universo.
Quiero verte luchar, quiero verte peinar esa cola de caballo frente al espejo y recompensarte con tarrones de sol mayor. Quiero que se petrifique tu espejo y presenciar tu metamorfosis cuando esté tan duro que se rompa. Quiero destruir la verdad y convertirla en pasado creable.
Quiero verte afilar tus pupilas, ahora que Noné murió.
Haceme llorar con la mirada, que todo lo que quiero es tu calor.
Amiga, hermana, compañera: siéntase libre de recorrer el pasado inexistente y dibujarlo hasta que nos guste lo suficiente como para querer contarlo.
Un vómito, una caricia, una ciudadadane del mundo, dos, mate (el tuyo dulce, el mío amargo). El Universo se pliega ante vos, todo está en tus manos, tenés el poder.
Tu ejército de doncellas armadas y letradas marcha a paso firme mientras recita un poema que todavía no fue escrito.