La sensación tibia del dormir profundo rodeando mi intelecto que no sabe dormir, atrapado en mi cuerpo que no quiere despertar.
Una hormiga interrpumpe mi quietud absoluta e inerte, la quito del cuerpo de la no vigilia.
En eso de conciliar un poco de sueño sin descanso sufro un brote neurótico y me empieza a picar aleatoriamente todo el cuerpo... "alergia" pienso, total es psicosomática, casi cualquier cosa puede ser alergia....
scratch scratch scratch....
...y tal vez si yo no hubiera caído en mi propia trampa hoy podría correr un poco más rápido de mi propio monstruo y no darle de comer a ese monstruo mio que no paro de alimentar y de dejar vivir en mi y que me exige atención y que domina mi atención y se roba mi capacidad....
Se desvanece el pensamiento.
Un ejército de hormigas sube sin piedad por los costados de mi cama, hormigas rojas, agresivas, ilimitadas.
Enrte la comezón, el dolor de las agresiones de las primeras en arribar, intento mover el cuerpo, pero no responde. Mi cuerpo está tieso y mi voluntad es rechazada por él.
...bueno entonces me compro el whisky y que haga su trabajo, después yo haré el mio, también tendría que ponerme a leer y cierto que no le di de comer al perro, uh... y hace rato que no le doy agua, no sé cuánto tiempo pasó desde mi recuerdo anterior...
Las hormigas siguen subiendo e intento gritar sin desistir del ya desesperado intento por darle vida a mi cuerpo y huir.
La boca no se abre, la garganta no responde, las cuerdas vocales no tienen afinación alguna, no puedo y no sabría cómo gritar (tampoco recuerdo qué decir, extraño mi magia).
Me resigno y lloro aceptando la agresión y siento como me muerden y cómo lentamente arruinan la figura de ese cuerpo que me desprecia.
Pero sólo lloro en la idea de llorar, no tengo la posibilidad de lárgimas o expresión semejante: mi cara no muta.
Logro cambiar de posición en la cama, ahora estoy mirando a la pared en posición fetal.
Tengo sueño. Yo no. Quiero levantarme. Olvídalo. Voy a intentar dormir.