¿Te molesta si sigo hablando mientras me interrumpís?
sábado, octubre 09, 2010
almohadones
... un cierto vacío de lo que no quiero decir porque no me nace decirlo porque me faltan ganas de decir cosas que pienso que sería lindo escuchar, claro, no decir, escuchar, entonces cuando lo que quiero es escuchar y no precisamente hablar es cuando tengo este deseo encontrado, extraño, ambivalente, desconcertante, algo como esa expectativa que me pica ahí, donde no tengo ni hongos ni picaduras pero me quedo muda, simplemente no digo nada porque quiero escuchar algo que no suena y como lo que está en la puerta es demasiado gordo para pasar por ella genera un embotellamiento eterno de todas las palabras que no quiero decir, porque las quiero escuchar, porque quiero que otra boca diga las palabras que no tienen ningún sentido en la mía porque ni siquiera pasan por la puerta de entrada y para colmo van en sentido contrario haciendo que hace días intente decir algo que no tiene nada que ver con esas palabras y solo recibo señales de movimiento, de puja en las compuertas, de falta de deseo de comunicarme con el universo circundante... un hermetismo voluntario a causa de una voluntad desconocida y andrajosa, que se atora en el gancho que sostiene el tiempo de otros a velocidades de caída diferente a la mía y yo solo quiero saber no-esperar y en el fondo lo estoy logrando bastante bien y no es que sea esfuerzo sino que es la nueva voluntad que quiere vomitar los restos grasos de la otra que le están tapando la puerta de entrada y por ende mi puerta de salida pero me falta el vino que me ayude a deshacerlo y me falta hablar de lo que nunca quise hablar y convertirme en un ser vulnerable, tal vez hasta inabarcable, pero definitivamente yo y completamente intención pero para hablar necesito esas palabras que me permitan desatorar lo que ya está desatorado pero duele porque no pasa pero ya está pasando a su vez y no es algo que no tiene retorno y es algo que quería pero a la vez le temo pero a su vez no lo conozco y no sé qué esperar porque en realidad no espero nada, y eso en el fondo significa que ya no le temo, es solo un deseo de la posibilidad de una de las tantas formas en que se va a desarrollar el desencadenamiento, en que va a dejar de ser mordaza y excusa y valor intocable y base indiscutible y todas esas cosas que me hacés ver y que quisiera no nombrar sino deformar para dar nueva forma o una nueva soledad que se llame meditación o caminata o todo es que quiero ver para ver si es lo que creo que es y así tal vez explorar nuevas formas que todavía no se me ocurrieron y eso explica claramente por qué necesito una musa... soy una escritora que no quiere escribir porque no está escribiendo sino creando en el mundo físico, gestando en el mundo intelectual y estoy un tanto desasociada de lo que implica sentimientos y emociones al punto de que siento que podría controlarlas o decidir por ellas, de todas formas sé que eso no es posible y me libera... el asunto sucedió cuando me di cuenta de que no estaban tomando decisiones basadas en mí sino en alguna fantasía que supe crear y que hoy no tengo polvo mágico para continuar, quiero escribir la nueva fantasía donde...
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