Tratando de entender. No. Entender no tiene sentido. Dándome
cuenta, supongo que se ajusta mejor. Dándome cuenta de que mi casa es un
desastre y hace mucho, mucho frío hoy y yo rendí un parcial que nunca rendí.
Dándome cuenta de la cantidad de alcohol que es necesaria para voltearme y lo
muy fuerte que soy para no hacerlo. Sería tan fácil culpar al alcohol. Dándome
cuenta de que no me meto en la cama por el frío de afuera, sino por el viento
helado que sopla acá adentro. Dándome cuenta de que estoy perdiendo la compostura.
Componiéndome. Respirando profundo. Silenciando las señales que indican por
dónde escapar. Frases cortas, porque quiero irme de mí, porque no me alcanza el
aire para completarlas. Recordándome los motivos por los cuales es hora de
sumergirme en responsabilidades, y si me atoro un poco por la bola de silencios
acumulada en mi garganta, o se me olvida cómo se dicen las palabras o de qué
letras se componen, siempre tomar más aire. Cortar las oraciones. Limitar los
adjetivos y censurar el despliegue de los tiempos verbales. Reconocerme, y
vamos que se puede. Tres hombros fagocitaron calor. Y un árbol perdió 57 hojas
en lo que va del día. El viento le voló la bufanda a la persona mejor abrigada,
y se la quedó para sí. Dándome cuenta de
que estoy hablando sola y reconociendo las voces. Viendo todo lo que soy, por
haber sido, en este siendo sin calor.