Porque conocí al Sol, Mami
y no era como vos habías dicho.
Estuvimos jugando a las implosiones:
él se sabía todas las reglas
Ma, pará
esperá, te digo
escuchame...
no me dejes el oído y te vayas:
Y nos dijimos secretos
abiertamente, ¡de todo, Mamucha!
y me contó las cosas
las que la Luna no quería saber, Ma
¡Ese asunto con las mareas y los enamorados!
Y eso de que los peces no comen
cuando la Luna ya está llena
(seguro que ellos están llenos también, ¿no, Ma?).
Ma, te estoy hablando
¿Vos qué pensás, Ma? Who are you, Mom?
Ese asunto de que el Universo
está hecho de cristal, me contaba
¡No sabés todo lo que hablamos, Mami!
Y no siempre la Luna manda
Ni siquiera el Sol
Porque el martillo estalló al Universo
Y el Universo proyectó a la Luna contra el Sol
Y ya no hubo nada que pudiera hacer, Mamucha, nada...
El Mundo se quedó sin Luna
y el Sol está atragantado y aterrado
y el Universo, hecho añicos, Mami
lo veo y me tiemblan mis manitas...
Ay, Ma, y no sé qué hacer o qué decir
porque no encuentro dónde están tus oídos.
No importa Mami, no importa que no supieras
pero el asunto de los peldaños
ese edredón eterno que construiste
vidrio a vidrio
tan fuerte, tan frágil, tan hermético
tanto pero tanto, Mami
que nadie sabe si hay algo más allá del Universo, del edredón.
¡Qué fuerte sos para tener todo ese vidrio encastrado!
Sí, Mami, yo estoy segura de que vos sos el dios de tu edredón
y quería que fuera así para siempre
porque vos querías eso
pero el martillo era mío.
Sí, querida Madre,
la implosionada era yo.
Ahora lo somos todos
Y yo me voy a jugar a las canicas con el Sol.