Vos, vos que no estás leyendo (que probablemente no tengas idea que tengo blog), vos que podrías ser la arena contenedora del mar, vos que podrías, pero que no sos más que el aliento de una palabra que nunca fue acariciada por el aire. Vos, tus ondas sonoras de frecencia cero. Tu existencia en forma de no-tiempo, el nombre que te regalé, y lo mucho que hablo con vos por las noches. Tu respiración vacía y atérmica, tu llano emocional, tu juego de ausencias; tu encantadora y tímida sonrisa cuando te hablo de amor. Tu juego.
Bienvenido a los personajes de quien te escribe.
Te escuché, no te creas que no te escuché.
Pero ese es mi juego.
¿Qué creés de mi?
¿Cuántos comentarios acertivos podrías dar acerca de lo que creés que soy?
Te regalo mi incógnita. Te regalo tu ausencia y nuestras charlas por la noche, esas tan hermosas, esas que jamás sucedieron. Te regalo atención y te regalo una voz, un pensamiento, una planta, una caricia. Te regalo la posibilidad de despertarme un día con un mate y yo jugar a la-que-le-cuesta-despertarse y decirte alguna sinceridad. Te regalo la sinceridad que te dije anoche, esa que tal vez jamás escuches, pero siempre sientas. Esa que te hizo cosquillas justo en el hueco poplíteo. Te regalo ser mi entretenimiento. Te regalo un rulo, para que hagas lo que quieras con él. No tengo más que regalos para vos, fiel amante.
Me pongo los borcegos por si te cruzo en la calle. Porque te escuché. Me saco la Marilyn y dejo vivir la vampira en mí. Me disfrazo en sueños y te sonrío desde el colectivo. Te recuerdo en las palabras del autor de turno y te busco entre las canciones que cuenta la radio que tal vez escuchás, miro una película, y sé que estás ahí. ¿Ves que te escucho? Yo siempre te escucho.
Ahí. Ahí es donde nos vemos. Ahí existe. Nos miramos a los ojos firme y profundamente para decirnos la mayor de las intrascendencias.
Nos desafiamos con la postura del cuerpo y nos regalamos el interés.
¿Te molesta si sigo hablando mientras me interrumpís?
lunes, agosto 31, 2009
sábado, agosto 29, 2009
El post que quería ser
ta tarará tarará tarará tara ra ra rá tara ra ra ra rá ta tarará tarará tarará tara ra ra rá tara ra ra ra rá
mmmmmmmmmm ñam ñam, medio giro, muevo apenas el brazo que está semi dormido, me corro el pelo enredado
la mano revolotea
ta tarará tarará tarará tara ra ra rá tara ra ra ra rá ta tarará tarará tarará tara ra ra rá tara ra ra ra rá
[sueñecito por cinco minutos] [¡Arriba!]
Los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, pueden ser pronombres (cuando ejercen funciones propias del sustantivo) [...] solo cuando en una oración exista riesgo de ambigüedad porque el demostrativo pueda interpretarse en una u otra de las funciones antes señaladas, el demostrativo llevará obligatoriamente tilde en su uso pronominal. Tendría que repasar los signos de correción ¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬
ta tarará tarará tarará tara ra ra rá tara ra ra ra rá ta tarará tarará tarará tara ra ra rá tara ra ra ra rá
[sueñecito por cinco minutos] [¡Arriba!]
Este guacho que no aparece. Me obsesiona su ausencia o su mano invitándome a bailar de la forma más cortez, quizás sean sus ojos desorbitados, tal vez mi capricho, tal vez el regalo de su interés. Mmmm me acuerdo cuando se me acercó y me extendió la mano con la música y yo (cambio de costado, respi-suspiro manito que se tapa la cara, porque no encuentra en el primer y único intento leve y torpe la almohada)¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬
ta tarará tarará tarará tara ra ra rá tara ra ra ra rá ta tarará tarará tarará tara ra ra rá tara ra ra ra rá
[sueñecito por cinco minutos] [¡Arriba!]
Es cierto. No tengo derecho a desenamorar. No tengo derecho. Eso no te da derecho a nada. El derecho no existe. No. El NO, no existe. El no sí existe, todo es positivo. La matemática es un invento. Möbius y el infinito ¿Qué es el infinito? ¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬
ta tarará tarará tarará tara ra ra rá tara ra ra ra rá ta tarará tarará tarará tara ra ra rá tara ra ra ra rá
[sueñecito por cinco minutos] [¡Arriba!]
Bueno, me levanto.
mmmmmmmmmm ñam ñam, medio giro, muevo apenas el brazo que está semi dormido, me corro el pelo enredado
la mano revolotea
ta tarará tarará tarará tara ra ra rá tara ra ra ra rá ta tarará tarará tarará tara ra ra rá tara ra ra ra rá
[sueñecito por cinco minutos] [¡Arriba!]
Los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, pueden ser pronombres (cuando ejercen funciones propias del sustantivo) [...] solo cuando en una oración exista riesgo de ambigüedad porque el demostrativo pueda interpretarse en una u otra de las funciones antes señaladas, el demostrativo llevará obligatoriamente tilde en su uso pronominal. Tendría que repasar los signos de correción ¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬
ta tarará tarará tarará tara ra ra rá tara ra ra ra rá ta tarará tarará tarará tara ra ra rá tara ra ra ra rá
[sueñecito por cinco minutos] [¡Arriba!]
Este guacho que no aparece. Me obsesiona su ausencia o su mano invitándome a bailar de la forma más cortez, quizás sean sus ojos desorbitados, tal vez mi capricho, tal vez el regalo de su interés. Mmmm me acuerdo cuando se me acercó y me extendió la mano con la música y yo (cambio de costado, respi-suspiro manito que se tapa la cara, porque no encuentra en el primer y único intento leve y torpe la almohada)¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬
ta tarará tarará tarará tara ra ra rá tara ra ra ra rá ta tarará tarará tarará tara ra ra rá tara ra ra ra rá
[sueñecito por cinco minutos] [¡Arriba!]
Es cierto. No tengo derecho a desenamorar. No tengo derecho. Eso no te da derecho a nada. El derecho no existe. No. El NO, no existe. El no sí existe, todo es positivo. La matemática es un invento. Möbius y el infinito ¿Qué es el infinito? ¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬
ta tarará tarará tarará tara ra ra rá tara ra ra ra rá ta tarará tarará tarará tara ra ra rá tara ra ra ra rá
[sueñecito por cinco minutos] [¡Arriba!]
Bueno, me levanto.
lunes, agosto 17, 2009
El Gato Noné afila sus pupilas
idiota
gratuito
enfermo
desconsiderado
sádico
repleto de mentiras.
(el no no existe y la proyección de tus propios problemas en los demás y en las máximas proféticas a los gritos sí)
andá a repetir tu historia a donde tu radiación no pueda afectarme. o no, no hace falta, tu radiación ya no me importa. Soy libre de vos.
Si es que hay algo vivo que siente adentro tuyo.
Púdrete.
Deseo que ya no puedas dañar a nadie, te ato a vos para que ya no puedas dañar a nadie, y quito a tus palabras, todo el valor que pudieron tener.
gratuito
enfermo
desconsiderado
sádico
repleto de mentiras.
(el no no existe y la proyección de tus propios problemas en los demás y en las máximas proféticas a los gritos sí)
andá a repetir tu historia a donde tu radiación no pueda afectarme. o no, no hace falta, tu radiación ya no me importa. Soy libre de vos.
Si es que hay algo vivo que siente adentro tuyo.
Púdrete.
Deseo que ya no puedas dañar a nadie, te ato a vos para que ya no puedas dañar a nadie, y quito a tus palabras, todo el valor que pudieron tener.
lunes, agosto 10, 2009
Estos días el aire está lleno de acero y de las nubes cae plomo. El petróleo se mezcla con leche y mi amor se confunde con la densidad del aire.
Hablemos de vos, soledad.
Hablemos de vos, ausencia.
Me rasco el ombligo.
Meto un dedo en el ombligo, entra entero.
Meto la mano en el ombligo y misteriosamente puedo introducir el brazo entero. Palpo mis riñones, palpo mi sufrido estómago que escucha cómo se me rompen las muelas por la tensión. Alcanzo aún más y masturbo la tráquea pero lejos estoy de conseguir su excitación placentera. Aflojo un poco y acaricio con el antededo el corazón, se achica para que no pueda tocarlo, la mano cae muerta como si hubiera tocado veneno. Mis ovarios arden, lo siento a través del intestino.
El silencio más profundo, el de un instrumento musical regalado a un manco, el de una lágrima que se esconde en un falsete de la voz porque ya no hay lagrimal disponible, el de las obligaciones anteponiéndose al ruido propio, el de tu sonrisa sin tu mirada.
No sé en qué momento mi radiación rechazó tanto todo lo que me rodea.
Fui en busca de un contacto, un hola, tal vez y sólo tal vez un cómo estás. Nunca llegó. Nada de cómo estás, nada de demostrar interés, nada.
Arrastro mis piedras, le doy la mano a mis fantasmas y a todos les digo chau, tantas veces les digo chau, pero eso no hace tus dos minutos.
No sé generarlos, no sé inventármelos, no recuerdo qué palabra se debe decir, no sé si alguna vez lo supe, es tan simple lo que quiero. Tan básico, tan lineal.
Ta básico. Tal lineal. Tan simple que estremece. Tan niño que se vuelve debilidad. Me expone tanto como la luna a los nocturnos, me vulnera tanto como decir que te quiero y mirar tu mirada. Tan poco lúdico que se vuelve anárquico, me vuelve tan frágil como dos vasos de cristal apilados, tan poco interesado que me vuelve una pésima negociadora. Yo no estoy negociando.
Mi vida no está en venta. No elijo dejar mi vida, elijo compartirla, no elijo ser la esclava del paraíso, elijo nuestro infierno encantador, pero como no estoy negociando, sólo lo quiero, si vos también lo querés.
Tan anacrónico es lo que quiero, que no se sitúa detrás de ninguna de tus orejas, tan poco terrenal, que ni el fuego sabe cómo calmar el frío de la ausencia. Tan poco caníbal, que se me ocurren regalos para hacerte, tan poco racional, que te los quiero hacer aunque no te vea disfrutarlos. Tan poco planeado que se vuelve real. Tan nuestro que no sé si existe.
Hablemos de vos, soledad.
Hablemos de vos, ausencia.
Me rasco el ombligo.
Meto un dedo en el ombligo, entra entero.
Meto la mano en el ombligo y misteriosamente puedo introducir el brazo entero. Palpo mis riñones, palpo mi sufrido estómago que escucha cómo se me rompen las muelas por la tensión. Alcanzo aún más y masturbo la tráquea pero lejos estoy de conseguir su excitación placentera. Aflojo un poco y acaricio con el antededo el corazón, se achica para que no pueda tocarlo, la mano cae muerta como si hubiera tocado veneno. Mis ovarios arden, lo siento a través del intestino.
El silencio más profundo, el de un instrumento musical regalado a un manco, el de una lágrima que se esconde en un falsete de la voz porque ya no hay lagrimal disponible, el de las obligaciones anteponiéndose al ruido propio, el de tu sonrisa sin tu mirada.
No sé en qué momento mi radiación rechazó tanto todo lo que me rodea.
Fui en busca de un contacto, un hola, tal vez y sólo tal vez un cómo estás. Nunca llegó. Nada de cómo estás, nada de demostrar interés, nada.
Arrastro mis piedras, le doy la mano a mis fantasmas y a todos les digo chau, tantas veces les digo chau, pero eso no hace tus dos minutos.
No sé generarlos, no sé inventármelos, no recuerdo qué palabra se debe decir, no sé si alguna vez lo supe, es tan simple lo que quiero. Tan básico, tan lineal.
Ta básico. Tal lineal. Tan simple que estremece. Tan niño que se vuelve debilidad. Me expone tanto como la luna a los nocturnos, me vulnera tanto como decir que te quiero y mirar tu mirada. Tan poco lúdico que se vuelve anárquico, me vuelve tan frágil como dos vasos de cristal apilados, tan poco interesado que me vuelve una pésima negociadora. Yo no estoy negociando.
Mi vida no está en venta. No elijo dejar mi vida, elijo compartirla, no elijo ser la esclava del paraíso, elijo nuestro infierno encantador, pero como no estoy negociando, sólo lo quiero, si vos también lo querés.
Tan anacrónico es lo que quiero, que no se sitúa detrás de ninguna de tus orejas, tan poco terrenal, que ni el fuego sabe cómo calmar el frío de la ausencia. Tan poco caníbal, que se me ocurren regalos para hacerte, tan poco racional, que te los quiero hacer aunque no te vea disfrutarlos. Tan poco planeado que se vuelve real. Tan nuestro que no sé si existe.
miércoles, agosto 05, 2009
You grown me like an evergreen
Tal vez si hubiera escrito esto de noche.... tal vez tantas cosas.
Pero de día se siente como un punto con diámetro, con diámetro de unos metros, un metros que me separan, me separo del universo, el universo gira, el giro no es uniforme, no hay uniformidad, la uniformidad se siente como el día: un misterio.
Un espacio de color verde claro quieto, intangible, ni siquiera por mi, que estoy en él, me muevo libre a través de su uso de la luz, pero sólo en él. Sus límites, difusos como el diámetro, son franqueables en tanto yo lo desee ¡Ah! pero a dónde ir cuando estás rodeada de remolinos y espirales y möbius y tapones que están hechos para sacarse y tornados y y todo lo que se envuelva a sí mismo.
Quizás el verde claro está en iguales condiciones que el exterior pero aquí dentro se siente como placenta, como lobotomía y ausencia, como espera y calor, como confusión que dejo para mañana, como dormir más horas de forma innecesaria hasta que te duela la espalda de tanta posición horizontal, como soñar hermoso, sólo para no tener que despertar tan temprano.
Lo siento "el otro", me escucho a mí, ahora.
Lo siento amor, me escucho a mí, ahora.
Lo siento razón, me escucho a mí, ahora.
Lo siento, pero no recuerdo cómo sentir con otro.
Lo siento por mí, que sólo deseo
volver a sentir (te).
[un pedazo de temor se ríe desde su escondite]
Quizás tantas cosas.
Sé que la bola de verde claro está en movimiento, pero no se ven caminos, sino remolinos, todo alrededor, grises y violetas y amarillos y naranjas con pedacitos como los que no me gustan en la comida y entonces no importa que el ruido, que la ausencia, la extrema presencia, las horas, ah... yo juego con mi dedo gordo igual hasta entontrar dónde estacionar y tomar unos mates recién despierta y decile a alguien que ojalá tenga un hermoso día, y a otro cantarle la canción más desafinada y a otro regalarle mis dibujos y quizás y sólo quizás, creerme que hay alguien más y sentir su abrazo... y tal vez y sólo tal vez, mezclar nuestros colores a ver qué pasa.
Pero de día se siente como un punto con diámetro, con diámetro de unos metros, un metros que me separan, me separo del universo, el universo gira, el giro no es uniforme, no hay uniformidad, la uniformidad se siente como el día: un misterio.
Un espacio de color verde claro quieto, intangible, ni siquiera por mi, que estoy en él, me muevo libre a través de su uso de la luz, pero sólo en él. Sus límites, difusos como el diámetro, son franqueables en tanto yo lo desee ¡Ah! pero a dónde ir cuando estás rodeada de remolinos y espirales y möbius y tapones que están hechos para sacarse y tornados y y todo lo que se envuelva a sí mismo.
Quizás el verde claro está en iguales condiciones que el exterior pero aquí dentro se siente como placenta, como lobotomía y ausencia, como espera y calor, como confusión que dejo para mañana, como dormir más horas de forma innecesaria hasta que te duela la espalda de tanta posición horizontal, como soñar hermoso, sólo para no tener que despertar tan temprano.
Lo siento "el otro", me escucho a mí, ahora.
Lo siento amor, me escucho a mí, ahora.
Lo siento razón, me escucho a mí, ahora.
Lo siento, pero no recuerdo cómo sentir con otro.
Lo siento por mí, que sólo deseo
volver a sentir (te).
[un pedazo de temor se ríe desde su escondite]
Quizás tantas cosas.
Sé que la bola de verde claro está en movimiento, pero no se ven caminos, sino remolinos, todo alrededor, grises y violetas y amarillos y naranjas con pedacitos como los que no me gustan en la comida y entonces no importa que el ruido, que la ausencia, la extrema presencia, las horas, ah... yo juego con mi dedo gordo igual hasta entontrar dónde estacionar y tomar unos mates recién despierta y decile a alguien que ojalá tenga un hermoso día, y a otro cantarle la canción más desafinada y a otro regalarle mis dibujos y quizás y sólo quizás, creerme que hay alguien más y sentir su abrazo... y tal vez y sólo tal vez, mezclar nuestros colores a ver qué pasa.
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