El pedazo de cielo bateado acaricia la cara del castillo y en sus pasillos se comenta del ventarrón dispuesto desde el centro mismo del reino.
Beware!
El Rey Gato despierta de su letargo por el revuelo de la corte.
Sacúdanse las cabezas, humanos, es el vuelo del viento del aire que desplaza Su Felinidad en su andar alcaucil y su dulzura cimarrón.
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